
Esto que va Walt Disney a una tienda de animales y dice:
– Póngame ese dálmata. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése. Y ése.
– ¿Algo más?
– Sí, póngame también ese, y hacemos la gracia completa.
– La gracia estaba en comprar 100, señor Disney, y no 101…
– ¡La gracia está donde me sale a mí de los cojones!
Y al final se tiró un peo.
Pajasmentales