
Son unas fotos de los vestuarios del campo del Milán, donde ayer se jugó un partido de la Champions. Como siempre, la diferencia entre el local y el visitante es abismal, nada que ver el lujo del primero con la austeridad del segundo. Ojo a las pantallas planas encima de cada uno de los mullidos butacones.
Ya molaba que en los cines pusiesen asientos como esos 😉
Las fotos las sacó medio de strangis el enviado especial de la Cope tras finalizar el encuentro.